A Atenea le gustan los tomates

 

Hace unos días me llegó un regalo muy especial. Descubrir un nuevo aceite de oliva virgen extra es siempre apasionante y delicioso. Significa conocer a personas ilusionadas, consolidando proyectos antiguos, y descubrir tierras llenas de fuerza y belleza.

Aceites Escario se encuentra en Sipán, a pocos kilómetros de Huesca, a los pies de la sierra de Guara, celosa guardiana de la almazara Los Molinos y sus oliveras. Si queréis saber más sobre ellos, daros un paseo por su página web. Tienen una historia bonita, y los amantes del oleoturismo descubriréis una zona muy especial.

La llegada de esta botella de aceite coincidió –¡oh, Atenea!– con el descubrimiento de Yotam Ottolengui. Vamos por partes.

¡Oh, Atenea!, ¿por qué? Os lo quería explicar, pero mi querida Maite Jiménez ya lo hizo muy bien hace tiempo. Así que os invito a que os paseéis sin prisas por el mundo delicado que ha creado en Classic Grand Tour, y hoy, especialmente, por La frontera del olivo.

Heracles y Atenea. Fondo de un kylix ático de figuras rojas (480–470 a. C.), procedente de Vulci. Fuente: Wikipedia.

Yotam Ottolengui. Sí, llego tarde, pero yo lo he descubierto ahora. Empecé con Jerusalén, libro que ha escrito junto a Sami Tamimi,

y en dos semanas ya tenía todos sus libros en casa. La edición de estos libros es obra de Ediciones Salamandra, y tengo que deciros que han hecho un gran trabajo de edición en todos ellos.

Aceite y libros llenos de recetas que son una combinación explosiva de sabor y color. Hoy os traigo una de las recetas que más me han sorprendido de su libro Exuberancia.

Todas las recetas de este libro invitan a experimentar con nuevos ingredientes y a descubrir sabores, en muchos casos con tan solo pequeñas variaciones en nuestra forma de cocinar o mezclar ingredientes, pero que suponen auténticas sorpresas.

Esta ensalada de tomate y granada es una receta rápida que no necesita fuego y que os encantarán. Es una bonita manera de rendir homenaje a los últimos tomates y dar la bienvenida a las delicadas granadas.

 

Ensalada de tomate y granada

receta a mi manera, para 4 personas

Ingredientes

1,1 kg de tomates maduros variados cortados en dados de 0,5 cm

1 pimiento rojo (120 g) cortado en dados de 0,5 cm

1 cebolla roja pequeña (120 g) picada fina

2 dientes de ajo majados

½ cucharadita de pimienta de Jamaica molida

2 cucharaditas de vinagre de vino blanco (yo escogí el vinagre agridulce de Riesling Castell de Gardeny, de Badia Vinagres)

1 ½ cucharada de melaza de granada

60 ml de aceite de oliva, más un chorrito para aliñar

los granos de 1 granada grande (170 g)

1 cucharada de hojas pequeñas de orégano fresco

1/3 de cucharadita de sal

 

Mezclar los tomates junto con el pimiento rojo y la cebolla en un cuenco grande y reservar.

En un cuenco pequeño, mezclar el ajo, la pimienta, el vinagre, la melaza de granada, el aceite de oliva y la sal.

Verter sobre los tomates y remover muy bien.

Colocar la ensalada en una bandeja grande y plana. Esparcir por encima los granos de granada y el orégano. Por último, aliñar con un chorrito de aceite de oliva y servir.

 

Juego de bloguer@s 2.0: Pimientos rojos rellenos de pescado (a la griega ;-)

¡Primera edición del año de Juego de bloguer@s! El rojo ha triunfado, y empezamos el año llenando el plato de color.

Hasta hace poco no aprovechaba de forma especial la carne que rescataba de los restos que quedaban tras preparar un caldo de pescado. Normalmente la incluía en una sopa de arroz de pescado o hacía unas croquetas. El otro día se me ocurrió aprovecharlos para hacer unos pimientos rellenos de pescado, según yo, a la griega 🙂

El origen de esta manera de cocinarlo fueron unos pimientos naranjas rellenos de bacalao confitado que preparé el 30 de octubre para cenar. ¡Me encantaron!

Pero lo que me gustó aún más fue descubrir el modo de rellenarlos fácilmente y de que quedaran enteros y muy jugosos. Poco a poco vamos aprendiendo.

 

Pimientos rojos rellenos de pescado (a la griega 😉

Ingredientes: pimientos rojos, restos de pescado, aceitunas variadas, alcaparras, tomates cereza, queso Feta, ajo, cebollino, aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta negra recién molida

En una olla poner agua a hervir. Mientras, cortar la parte superior del pimiento con cuidado, para que puedas aprovecharla como tapadera una vez rellenos, y eliminar las pepitas del interior. Cuando el agua rompa a hervir, salarla y añadir los pimientos. Si son muy gruesos, puedes hervir también la “tapadera”. Pasados 5 minutos retirar los pimientos y dejarlos escurrir bien de agua.

Mezclar en un cuenco los ingredientes para el relleno: los restos de pescado, las aceitunas deshuesadas, las alcaparras, los tomates cereza partidos en cuartos, la mayor parte del queso desmenuzado (reservar un poco para cubrir los pimientos al final), el ajo y el cebollino picados, un chorrito de aceite, una punta de sal (piensa que el queso ya es salado) y pimienta negra recién molida. Mezclar todos los ingredientes.

Precalentar el horno a 200 ºC. Mientras, rellenar los pimientos hasta arriba, colocarlos en una fuente apta para el horno, esparcir por encima el resto de queso desmenuzado y aliñar con un poco más de aceite.

Hornear entre 20-30 minutos, o hasta que veas que empiezan a tomar color y que los pimientos están asados.

Serví los pimientos con unas gambas vuelta y vuelta. Para acompañarlos escogí Gris 2019, de Vins de Taller, un vino D.O. Catalunya.

Gris está elaborado con Merlot y Lledoner roig (Lledoner es el nombre con que se conoce a la Garnacha en el Empordà). Es un vino fresco y ligero que acompañó magníficamente a este plato, también ligero, rico en matices salinos (mar, queso, aceitunas) y repleto de frescor (cebollino, tomates). Un verdadero festival de tierra y mar.

El día que cociné los pimientos naranjas los acompañamos con Castell 2018 Chardonnay, de Raimat, un vino D.O. Costers del Segre.

Estas son mis compañeras de juerga cocinera este mes. En sus blogs encontraréis más recetas con pimientos.

Elvira: https://www.asisecomeengranada.com/

Mónica: http://www.dulcedelimon.com

Maryjose: http://tapitasypostres.blogspot.com.es/

Juego de bloguer@s 2.0: Ensalada de judías verdes con sardina ahumada

El 31 de enero del 2017 participé por última vez en Juego de bloguer@s. En esa ocasión la prota fue la pera, por lo que preparé una Quiche de peras y queso.

Sabía que volvería, pero no esperaba tardar tanto. Desde entonces, como ya sabéis todos, han pasado un montón de cosas. Pero Mónica sigue al pie del cañón- Es incansable, y el otro día me apeteció volver a participar en su(nuestro) Juego de bloguer@s.

¡Aquí estoy de nuevo! En esta ocasión la prota es… ¡la judía verde!

Esta es una receta robada y tuneada. Se la he robado a Francesc, de Ca N’Armengol. Allí comí este delicioso plato de judías, aunque con sardina ahumada en vez de anguila ahumada.

Yo no tenía tiempo para buscar anguila, así que la sustituí por la sardina. ¡También le queda de maravilla! He interpretado este plato según mis recuerdos, así que, si la lee Francesc, seguramente se llevará las manos a la cabeza 🙂 Pero la verdad es que quedó muy chula, así que… ¡ahí va mi receta!

Ensalada de judías verdes con sardina ahumada

Ingredientes: judías verdes, tomates de diferentes tipos, higos frescos verdes y morados, sardinas ahumadas en aceite (adaptar las cantidades de cada ingrediente a vuestras preferencias y necesidades)

Salsa de maceración: vinagre de sauco, aceite de oliva virgen extra, una punta de sal

Salsa para el aliño: vinagre de manzana, aceite de oliva virgen extra, miel de acacia, mostaza en grano

 

Las judías

Limpiar las judías, cortar con cortes transversales, hervir 4 minutos en agua con sal (queremos que queden crujientes), escurrir, enfriar con hielo y secar muy bien.

Pasarlas a un cuenco y aliñar con la mitad de salsa para el aliño. Mezclar con delicadeza.

El resto de los ingredientes

Pelar una parte de los tomates, cortarlos a trozos (si son grandes) o por la mitad (en mi caso fue así, ya que eran tomates pera pequeños). Ponerlos en un cuenco, cubrir con la salsa de la maceración y dejarlos en ella hasta el momento de montar la ensalada.

Cortar la sardina en trozos.

Lavar con cuidado los higos y cortarlos en cuartos.

 

La ensalada

Mezclar las judías con parte de los tomates y parte de la sardina. Pasar a un plato para servir y disponer el reto de ingredientes sobre ella. Regar con la salsa para el aliño que tenemos reservada.

Preparé esta ensalada para un encuentro muy esperado y especial. Este fue uno de los vinos que trajeron l@s invitad@s.

Aires de Garbet 2015, de Perelada (D.O. Empordà) parecía hecho para esta ensalada. Las armonías que se crearon entre los dulces y los ahumados del vino y el plato fueron una maravillosa sorpresa.

Os dejo con Una gran fábula gastronómico-política: fórmula propuesta por la Camarada Judía, un relato de Javier Tomeo que compartí no hace mucho en el blog.

Estos son mis compañer@s de juerga cocinera este mes. En sus blogs encontraréis más recetas con judías.

Elvira: https://www.asisecomeengranada.com/

Mónica: http://www.dulcedelimon.com

Inma: http://entre3fogones.com/

Maryjose: http://tapitasypostres.blogspot.com.es/

¡Viva la R-Evolution!

De nuevo ha sido Maite (Tiempos de guisos y libros) la que ha hecho que abandone dos entradas que estoy preparando para el blog y me lance a la aventura.

Libros de cocina, Italia, vino… eso es lo que consigue Maite, hacerme escribir sobre lo que más me gusta, y es que su entusiasmo es siempre una invitación a compartir las cosas sencillas que nos proporcionan esos impagables momentos de pequeña felicidad.

Este libro es una verdadera delicia.

Las recetas que me parecen más fascinantes son las de verduras. Creo que pocas cocinas saben sacarles tanto partido como la italiana. Crudas o cocinadas, calientes o frías, todas las propuestas que hay en él son un festival de color y sabor.

 

La receta: Patate arraganate

Patatas al horno con tomate, orégano y albahaca

Ingredientes: 7 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 500 g de patatas cortadas en rodajas finas, 1 cucharadita de orégano seco, sal, pimienta negra recién molida, un puñado grande de hojas de albahaca cortadas en trozos, 300 g de cebollas rojas cortadas en rodajas, 400 g de tomates cherry cortados por la mitad y sin semillas y una cucharada de vino blanco.

Precalentar el horno a 180º C.

Poner 3 cucharadas de aceite de oliva en una fuente para el horno o plato de asar. Colocar una capa de patatas, espolvorear un poco de orégano, salpimentar y esparcir unas hojas de albahaca. Seguir con una capa de cebollas y tomates y rociar el aceite de oliva restante. Seguir con otra capa de patatas y repetir todo el proceso hasta haber añadido toda la verdura al plato. Rociar con el resto de aceite de oliva y el vino blanco.

Tapar con papel de aluminio y poner en el horno durante 45 minutos. Retirar el papel de aluminio y despegar las patatas del fondo de la bandeja con un tenedor, con cuidado de no romperlas. Volver a poner en el horno durante 15-20 minutos más hasta que las patatas estén hechas. Servir inmediatamente.

Mis tuneos: utilicé orégano fresco en vez de seco y también un poco de tomillo fresco. No saqué las semillas a los tomates. Sobre las cucharadas de aceite que ellos proponen, mejor vais rociando las capas con prudencia, porque a mi no me cuadran sus cálculos 😉

Para esta cena tan sencilla y sabrosa tuve claro desde el primer momento qué vino escoger: Indígena 2019, un vino 100 % Garnatxa de la bodega Parés Baltà.

A l@s que me seguís por redes no os sorprenderá. No es un secreto que esta bodega del Penedès me gusta muchísimo. Considero que Marta Casas, una de las enólogas de la bodega, hace un gran trabajo, es una persona inquieta, llenas de vida e ilusión. Su línea R-Evolution define a la perfección algunas de sus virtudes. Cada botella contiene su ansia de contarnos cómo siente el territorio y cada variedad, y cuando la descorchas un torrente de vida y frescor te desborda. Son vinos que con su juventud y frescura acompañan a la perfección cualquier festín de verduras, haciendo crecer en mí el estado de alegría al que me eleva un ágape así.

Como podéis comprobar, son vinos con un precio muy asequible. Un precio modesto si lo comparamos con el placer que proporcionan.

Hace unas semanas hice una compra de vinos a Parés Baltà en la que incluí cuatro vinos de esta colección, vinos para los que preparé cenas sencillas y ligeras, llenas de color y sabor, de alegría, en consonancia con los vinos.

Lo dicho: ¡viva la R-Evolution!

Una gran fábula gastronómico-política: fórmula propuesta por la Camarada Alcachofa

Ensalada de alcachofas Montecarlo

    Propuesta presentada por la Camarada Alcachofa

    Mediodía. El tiempo pasa volando. El reloj de pared del vecino desgrana las doce campanadas sin apresuramientos de mal gusto. Una tras otra, cada una a su debido tiempo. No es, pues, uno de esos relojes nerviosos, que se adelantan al tiempo, ni tampoco de los que se retrasan porque, aunque no se atreven a detenerse del todo, se echan alguna que otra cabezadita entre minuto y minuto.

    La Camarada Alcachofa inicia la exposición de su propuesta con voz clara y precisa. Propone una ensalada de alcachofas Montecarlo y enumera uno tras otro los ingredientes que son necesarios para media docena de comensales: dos pepinillos en vinagre, dos manzanas, un manojo de perejil, ocho tomates, seis cucharadas soperas de aceite y 500 gramos de corazones de alcachofas de tarro.

    Añade a continuación que la referida ensalada puede prepararse en unos veinticinco minutos y que sólo se necesita, como utensilio de cocina, un simple rallador de verdura.

    Establece una pausa para comprobar la impresión que están causando sus palabras entre los circunstantes, pero se encuentra con un muro de rostros indescifrables. Es imposible saber qué es lo que piensan sus camaradas.

    Aprieta un poco más las hojas alrededor de su corazón –es una forma de darse ánimos– y continúa diciendo que una vez que se tienen a mano todos los ingredientes, lo primero que debe hacerse es pelar las manzanas, quitarles las semillas y rallarlas y rallar también los pepinillos. Luego debe procederse a lavar, escurrir y trinchar el perejil, partir cuatro tomates, quitarles las semillas, cortarlos en rodajas finas, cortar los otros tomates en rodajas gruesas y escurrir las alcachofas.

    Al llegar a este punto hace otra pausa, esta vez para tomar aliento, y luego precisa que hay que mezclar el aceite y el jugo de las alcachofas con el perejil y un poco de líquido de los pepinillos en vinagre, y mezclar las alcachofas, las tiras de tomate, los pepinillos en vinagre y las manzanas con la salsa.

    Dice, para terminar, que la presentación de la ensalada que ella propone como receta gastronómica nacional es muy simple, ya que basta con amontonar la ensalada en el centro de la fuente y poner a su alrededor las rodajas de tomate.

 

    Objeción 1

    Elevada por el Camarada Laurel

    Critica la escasa representatividad de la ensalada de alcachofas Montecarlo, habida cuenta de la escasa variedad de hortalizas que integra.

 

    Objeción 2

    Elevada por el Camarada Espárrago

    Critica la presencia de pepinillos en vinagre y califica a los referidos pepinillos abominables.

 

    Objeción 3

    Elevada por la Camarada Patata

    Critica también, como el Camarada Laurel, la falta de representatividad de la ensalada propuesta y se duele de que quienes concibieron su receta no la tuviesen a ella en cuenta.

 

    Objeción 4

    Elevada por la Camarada Espinaca

    Critica el apelativo de Montecarlo que se da a la ensalada propuesta y hace referencia a la escasa influencia del Principado de Mónaco (del que Montecarlo es su principal barrio) en el concierto mundial de las naciones.

    Resalta también la circunstancia de que sólo se hable de ese minúsculo principado en la prensa del corazón y expone los riesgos que para el nuevo Estado que se proponen construir supondría que se le identificase desde el principio con un estado-ciudad que merece un tratamiento tan frívolo por parte de la prensa internacional.

 

     Réplica a la objeción 1

    La Camarada Alcachofa reconoce que en la ensalada que propone deja al margen a muchas camaradas de la despensa, pero alega que, salvadas las distancias, sucede lo mismo en cualquier Estado moderno cada vez que se celebran elecciones generales.

    –En muchos comicios legislativos –dice– el porcentaje de ciudadanos que no acuden a las urnas es muy importante, pero eso no significa, ni mucho menos, que esos ciudadanos dejen de estar sujetos a obligaciones y derechos. Continúan ahí, constituyendo la llamada mayoría silenciosa, y los gobernantes que acaben resultado elegidos, tanto si son de derechas como de izquierdas, deberán tenerles muy en cuenta en sus tareas de gobierno. Algo similar podría decirse de todas las hortalizas que no entren en la elaboración de la ensalada de alcachofas Montecarlo.

 

     Réplica a la objeción 2

    La Camarada Alcachofa opina que no hay ninguna razón para tildar de abominables a los pepinillos en vinagre, aunque solo sea por sus propiedades diuréticas y purgantes.

    Por lo que se refiere concretamente al uso del vinagre como condimento o como medio de conservación, la Camarada Alcachofa recuerda que el vinagre tuvo una gran importancia en le Edad Media y que en aquellos tiempos el gremio de los vinagreros guardaba celosamente el secreto de su fabricación.

 

     Réplica a la objeción 3

             La Camarada Alcachofa repite los mismos argumentos utilizados para rebatir la objeción número 1.

 

     Réplica a la objeción 4

    La Camarada Alcachofa se niega a admitir que el apelativo Montecarlo que distingue a la ensalada que ella propone de otras más o menos similares pueda resultar inadecuado o incluso perjudicial para el nuevo Estado que se proponen construir.

    Resalta también que Montecarlo es un hermoso nombre, de innegable musicalidad, recuerda que en el año 1869 se suprimieron allí todos los impuestos directos y recuerda también que en el año 1911 se promulgó en ese minúsculo Estado una Constitución que acabó con el régimen absoluto y garantizó las libertades fundamentales de los monegascos.

    –Lo que realmente importa a la gente de paz –añade luego– son esas cosas y no los kilómetros cuadrados que mida el país o el número de tanques con que cuente su ejército.

    Para terminar, reconoce que en el famoso Casino de Montecarlo se ha arruinado mucha gente, pero comenta que nadie puso una pistola en el pecho a los jugadores para obligarles a jugar a la ruleta.

 

Interpretación libre de la receta de la Camarada Alcachofa

Esta vez he variado pocos ingredientes. He escogido tomates cherry para hacer la ensalada, he sustituido el perejil por cebollino y los pepinillos son agridulces.

He decidido no rayar ni la manzana ni los pepinillos, que he cortado en trozos pequeños (y por supuesto, no he pelado la manzana 🙂

También he variado la vinagreta. No he utilizado los líquidos de las conservas, que he sustituido por el delicioso vinagre de manzana de Badia Vinagres.

¡Que la disfrutéis camaradas!

El fuego es cosa tuya

El fuego posibilitó la cocina. Pero hace mucho calor, así que os propongo una cena de deliciosos caprichos, golosos, refrescantes y ¡en crudo! Porque el fuego para esta cena lo pones tú 😉

Estas son mis propuestas:

  • Tartar de tomate con albahaca
  • Mousse de sardinas
  • Untura de salmón

 

Tartar de tomate con albahaca

Cada verano, casi como un ritual, vuelvo a este libro, que permanece todo el año en reposo, para releer sus propuestas y dejarme fascinar de nuevo por ellas, deslumbrada por su frescura y color.

Ingredientes (para 4 comensales): 16 tomates cherry despepitados y a dados, 300 g de queso primo sale (o mozzarella de búfala) en daditos, 16 aceitunas negras deshuesadas, 1 manojo de albahaca desmenuzado, aceite de oliva virgen extra, sal

Preparación

Poner el tomate cortadito en un escurridor, salar, mezclar bien y dejar reposar 30 minutos.

Escurrirlo muy bien, apretando suavemente con la mano, pasarlo a una ensaladera y añadir el queso, las aceitunas y la albahaca.

Aliñar con abundante aceite y salar con precaución. Mezclar con delicadeza y reservar en la nevera hasta el momento de servir.

Mis tuneos

1) Yo utilicé restos de diferentes quesos tiernos, y el resultado fue excelente.

2) En vez de albahaca utilicé cebollino.

3) He vuelto a hacerlo en varias ocasiones, siempre sin queso, y está igualmente delicioso.

 

Mousse de sardinas

Esta es la receta número 45 de una de mis libretas. Recuerdo perfectamente anotar la receta en la biblioteca, utilizando el reverso de una de las fichas destinadas a la solicitud de libros. La receta procede de un libro de cocina marroquí, del que no recuerdo el nombre.

Es una receta sencilla y sabrosa, que admite múltiples variaciones. Veréis que la foto de los ingredientes no se corresponde con la lista, y eso es porque yo hice de las mías. Primero os explico la receta original y luego os comento mis tuneos.

Ingredientes (para 4 comensales):

4 sardinas de lata en aceite, 100 g de queso fresco de cabra, 2 anchoas, 1 cucharada de alcaparras, 6 aceitunas negras, perejil, aceite de oliva virgen extra, vinagre (o zumo de limón)

Preparación

Limpia las sardinas de espinas y piel y tritúralas, junto al resto de ingredientes sólidos. Añadir el aceite necesario para obtener una pasta ligera y, si se desea, un chorrito de vinagre (al gusto).

Reservar en la nevera, como mínimo 2-3 horas, para que adquiera más consistencia.

Mis tuneos

1) Yo no elimino la espina de las sardinas. Si las trituras bien no las notas y en cambio tienes una buena ración de calcio.

2) He sustituido el perejil por albahaca.

3) He añadido un ajito pequeño a la pasta.

4) Como necesitaba las anchoas para otra cosa, las sustituí por aceitunas rellenas de anchoa.

 

Untura de salmón

Siempre he valorado mucho los pequeños libros de cocina divulgativos. Detrás de ellos no hay grandes chefs ni brillantes trabajos de Storytelling, sin los que parece que ya nada es posible, y sin embargo estas publicaciones están llenas de sabrosas ideas.

De nuevo la foto de los ingredientes no se corresponde con la lista. Primero os explico la receta original y luego os comento mis tuneos.

Ingredientes (para 4 comensales):

200 g de salmón ahumado, 2 cucharadas soperas de nata agria, 1 cucharadita de café de zumo de limón, sal, pimienta negra recién molida, eneldo fresco picado fino

Preparación

Trocear pequeño el salmón, mezclar con la nata agria y condimentarlo con el resto de ingredientes.

Reservar en la nevera, como mínimo 2-3 horas, para que adquiera más consistencia.

Mis tuneos

1) En vez de nata agria he utilizado yogur griego.

2) Si no dispones de eneldo fresco, con semillas de eneldo queda también muy bueno.

 

El vino que os propongo para esta cena es Albet i Noya efecte Brut Rosat 2013, un espumoso Clàssic Penedès, elaborado con Pinot Noir, delicioso y fresco, que acompaña de fábula esta cena rebosante de frescura, sabor y color.