Juego de bloguer@s 2.0: Pimientos rojos rellenos de pescado (a la griega ;-)

¡Primera edición del año de Juego de bloguer@s! El rojo ha triunfado, y empezamos el año llenando el plato de color.

Hasta hace poco no aprovechaba de forma especial la carne que rescataba de los restos que quedaban tras preparar un caldo de pescado. Normalmente la incluía en una sopa de arroz de pescado o hacía unas croquetas. El otro día se me ocurrió aprovecharlos para hacer unos pimientos rellenos de pescado, según yo, a la griega 🙂

El origen de esta manera de cocinarlo fueron unos pimientos naranjas rellenos de bacalao confitado que preparé el 30 de octubre para cenar. ¡Me encantaron!

Pero lo que me gustó aún más fue descubrir el modo de rellenarlos fácilmente y de que quedaran enteros y muy jugosos. Poco a poco vamos aprendiendo.

 

Pimientos rojos rellenos de pescado (a la griega 😉

Ingredientes: pimientos rojos, restos de pescado, aceitunas variadas, alcaparras, tomates cereza, queso Feta, ajo, cebollino, aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta negra recién molida

En una olla poner agua a hervir. Mientras, cortar la parte superior del pimiento con cuidado, para que puedas aprovecharla como tapadera una vez rellenos, y eliminar las pepitas del interior. Cuando el agua rompa a hervir, salarla y añadir los pimientos. Si son muy gruesos, puedes hervir también la “tapadera”. Pasados 5 minutos retirar los pimientos y dejarlos escurrir bien de agua.

Mezclar en un cuenco los ingredientes para el relleno: los restos de pescado, las aceitunas deshuesadas, las alcaparras, los tomates cereza partidos en cuartos, la mayor parte del queso desmenuzado (reservar un poco para cubrir los pimientos al final), el ajo y el cebollino picados, un chorrito de aceite, una punta de sal (piensa que el queso ya es salado) y pimienta negra recién molida. Mezclar todos los ingredientes.

Precalentar el horno a 200 ºC. Mientras, rellenar los pimientos hasta arriba, colocarlos en una fuente apta para el horno, esparcir por encima el resto de queso desmenuzado y aliñar con un poco más de aceite.

Hornear entre 20-30 minutos, o hasta que veas que empiezan a tomar color y que los pimientos están asados.

Serví los pimientos con unas gambas vuelta y vuelta. Para acompañarlos escogí Gris 2019, de Vins de Taller, un vino D.O. Catalunya.

Gris está elaborado con Merlot y Lledoner roig (Lledoner es el nombre con que se conoce a la Garnacha en el Empordà). Es un vino fresco y ligero que acompañó magníficamente a este plato, también ligero, rico en matices salinos (mar, queso, aceitunas) y repleto de frescor (cebollino, tomates). Un verdadero festival de tierra y mar.

El día que cociné los pimientos naranjas los acompañamos con Castell 2018 Chardonnay, de Raimat, un vino D.O. Costers del Segre.

Estas son mis compañeras de juerga cocinera este mes. En sus blogs encontraréis más recetas con pimientos.

Elvira: https://www.asisecomeengranada.com/

Mónica: http://www.dulcedelimon.com

Maryjose: http://tapitasypostres.blogspot.com.es/

Receta para un #ViNovell (2): Wok de berenjena y atún

¡Ya está aquí el #ViNovell! ¿Os lo había dicho? 😉

Hoy os traigo una receta que tarda más en prepararse que en cocinarse. Eso es lo que suele pasar los platos que se preparan con Wok. Si no disponéis de uno, una sartén también os servirá.

Casi no voy ha comentar nada, porque las fotos hablan por sí solas. ¿Os animáis a preparar este mar y montaña con toques orientales? ¡Vamos allá!

Wok de berenjena y atún

Las semillas son de amapola, sésamo blanco y sésamo negro. La mayor parte las incorporé en el último momento al wok, y reservé unas pocas para decorar y jugar con las diferentes texturas.

La salsa: salsa de soja, vinagre de sauco y jengibre rallado. Cualquier vinagre suave que os guste le sentará bien. Se incorpora en el momento final, con el wok ya fuera del fuego.

Mariné en la salsa dos trozos de atún crudo, que no cociné y añadí al final al plato, para darle un punto de frescor y de nuevo jugar con diferentes texturas.

El Novell 2020 del Celler Cooperatiu Espolla, de la D.O. Empordà, es el Vi Novell que escogimos para este plato. ¡Mi primer Vi Novell del Empordà!

Escoged el que más os guste de entre estos vinos y ¡a disfrutar del #ViNovell!

Foto: PCatS Comunicació

Receta para un #ViNovell (1): Calabaza y ajos tiernos con merluza envuelta en jamón ibérico

¡Ya está aquí el #ViNovell!

Los amantes del vino estos días disfrutamos de un momento muy especial, y es que acaban de salir los primeros vinos de la añada 2020, vamos, que estamos en plena fiesta del Vi Novell.

El Vi Novell es un vino jovencísimo, directo, una explosión de frescor, aromas y sensaciones. Invita a beber sin complicaciones, a relajar todos tus sentidos y disfrutar del momento.

Es también una invitación a cocinar platos rápidos y sencillos, en los que el producto es el protagonista absoluto. Así que compartiré con vosotros los platos que prepare para estos vinos. Serán entradas cortas que espero disfrutéis y os animen a cocinar y a disfrutar del Vi Novell.

Calabaza y ajos tiernos con merluza envuelta en jamón ibérico

Freír la calabaza y los ajos tiernos a fuego lento en un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

Reservar sobre papel absorbente y salar.

Salpimentar el filete de merluza y envolverlo con las lonchas de jamón ibérico (ojo al salar la merluza, pues el jamón pasará sal a la carne del pescado y, además, como está frito, aumentará la sensación de salado). Freír a fuego medio-alto en la misma sartén que se ha frito la calabaza y los ajos tiernos, sin añadir aceite, primero con la parte de la piel sobre la sartén (unos dos minutos) y luego por el otro lado (un minuto).

¡Y listos! El pescado cuando se cocina envuelto en jamón (o beicon, si lo prefieres) está delicioso. Esta receta también funciona de maravilla con el rape y el lenguado.

El Trepat Novell 2020 del Celler Carles Andreu, de la D.O. Conca de Barberà, es el Vi Novell que escogimos para este plato.

Escoged el que más os guste de entre estos vinos y ¡a disfrutar del #ViNovell!

Foto: PCatS Comunicació

Mil flores para una noche de verano

 

En febrero, en Volver a París, os anunciaba el nacimiento de una bodega en Montsant, el Celler Bell Cross. Ahora nos sorprenden con dos vinos más, vinos frescos y sabrosos, perfectos para el verano.

Debido a la actual situación, decidieron presentarlos en una cata virtual. ¡Ha sido mi primera cata virtual! El 25 de mayo llegaron los vinos a casa,

y el 26 de mayo disfruté especialmente de esta presentación online, ya que fue también la oportunidad de reencontrarme con compañer@s habituales de cata.

Gracias Celler Bell Cross y PCats Comunicació por este momento tan especial de descubrimientos y reencuentros.

A vosotr@s no sé, pero a mi el verano me inspira mucho. En cuanto probé los vinos supe a qué libro iba a acudir para confeccionar dos cenas de verano ligeras y deliciosas, repletas de color, frescor y sabor, como los vinos que acababa de probar.

Hoy comparto con vosotr@s la receta que escogí para La Figaflor 2019, un vino joven 100% Garnatxa blanca. Cosechada a mano y procedente de una viña con baja producción, esta garnacha macera en contacto con sus pieles 12 horas y permanece con sus lías 4 meses en tanques de acero inoxidable. El resultado es un vino blanco de gran intensidad aromática, fresco, untuoso y con muy buena estructura en boca, que permite jugar con una gran variedad de ingredientes a la hora de pensar en un plato para él. Rico en matices aromáticos y con un juego en boca de la acidez y la salinidad, divertido y complejo, con delicadas y persistentes notas de amargor y un ligero dulzor, es un vino ideal para jugar con salsas ligeras pero complejas. Y cuando leí la receta de filetes de atún con patatas y salsa de miel supe inmediatamente que era ideal para La Figaflor.

Si sois amantes del atún, esta receta os va a encantar. ¡Ojo, que engancha! Comparto la receta tal cual sale en el libro. Luego ya os cuento mis tuneos.

 

Filetes de atún con patatas y salsa de miel

Tagliata di tonno con patatine e salsa al miele

Ingredientes (para 6 personas): 6 filetes de atún de 200 g cada uno, 3-4 hojas de limón mirto, 1 diente de ajo laminado, 6 cucharadas de aceite de oliva (y un poco más para rociar), 24 patatas nuevas, sal y pimienta.

Para la salsa: 200 ml de vinagre de vino blanco, 4-5 cucharadas de miel mil flores, 4 tomates pelados (despepitados y en dados), 1 cucharada de perejil picado, 1 cucharada de cebollino picado, aceite de oliva (para rociar), 2 cucharadas de piñones tostados, sal y pimienta.

 

En primer lugar, prepare la salsa. Lleve el vinagre a ebullición en un cazo y déjelo reducir en una cuarta parte. Incorpore 4 cucharadas de la miel, pruébelo y, si fuera necesario, añada un poco más. Aparte el cazo del fuego y deje enfriar la reducción. Ponga el tomate en un bol, sazónelo con una pizca de sal y otra de pimienta y añada el perejil y el cebollino. Riéguelo con la reducción fría e incorpore el aceite y los piñones. Rectifique la sazón y deje reposar la salsa.

Precaliente el horno a 200ºC. Salpimiente los filetes de atún y póngalos en una fuente llana. Añada las hojas de limón mirto y el ajo, rocíelos con aceite y déjelos marinar 10 minutos.

Caliente 3 cucharadas de aceite en una cazuela baja y fría el atún 2 minutos por cada lado, o hasta que esté sellado. Páselo a una fuente refractaria y áselo 10 minutos en el horno. Sáquelo y déjelo reposar unos 10 minutos en un lugar cálido.

Mientras tanto, sancoche las patatas en agua hirviendo con sal 10 minutos y escúrralas. Caliente el aceite restante en una sartén, eche las patatas y rehóguelas a fuego lento, sacudiéndolas, de 10 a 15 minutos, hasta que estén tiernas.

Pase los filetes de atún a una fuente, rodéelos con las patatas y cúbralo todo con la salsa de miel.

Mis tuneos y un olvido

– Escogí para la salsa el vinagre de manzana ecológico de Badia Vinagres. Había probado el vino y tenía claro que le iba a venir de maravilla.

– Como no tenía patatas pequeñas, sancoché las patatas 15 minutos y luego las partí en trozos medianos, para asegurarme su cocción al saltearlas. Las patatas estaban maravillosas 😉

– Como no tenía hojas de limón mirto, mariné el atún con corteza de limón rallada.

– Olvidé tostar los piñones, como puede verse en las fotos 🙂

Tiempos de guisos y libros

Han pasado cinco años desde que hice Un menú para Maite. Si hay algo que las redes sociales hacen posible es establecer afinidades electivas con personas que no tendrías la oportunidad de conocer, y Maite es una de ellas.

En estos días un poco excepcionales de pandemia y encierro, las redes pueden ser una pesadilla, pero también una oportunidad para disfrutar y aprender, y los viajes que nos propone Maite en Grand Tour, su blog, son siempre una oportunidad para ello. Entrad en su mundo, leed y disfrutad.

Ayer, para cenar, volví ha preparar uno de los platos de pescado que más me gusta, un suquet.

Recetas de suquet hay muchas, pero mi preferida (y la que siempre hago) es la que llamo al modo del poeta Narcís Comadira. Una receta sencilla, rápida y sabrosa, que tenía muchas ganas de compartir con vosotr@s, y la petición de Maite ha hecho que me decida de una vez ha hacerlo.

Cocinar y leer son dos de mis pasiones. Narcís Comadira es para mi muy especial, como lo es su libro Fórmules magistrals, un dietario gastronómico con sabrosas recetas y bonitos (a mi me encantan) dibujos del poeta.

“De suquets n’hi ha de moltes menes, tantes com pobles, peixos i —m’atreviria a dir— cuiners. Tothom fa el peix amb suc a la seva manera i cal dir d’entrada que totes són bones mentre es respectin quatre condicions fonamentals: que l’oli sigui bo, que l’aigua sigui escassa, que el foc sigui viu i que el peix sigui fresc. Res més.”

Así de simple y maravilloso. Toda una invitación a disfrutar de los sabores sin disfraz, de un suquet en el que la calidad de los ingredientes y la mínima intervención en su preparación anuncian delicias para los amantes del pescado.

“Jo avui els proposo un suquet de rascassa perquè, a part de ser molt bo, és el primer que vaig menjar, quan tenia nou o deu anys, fet per en Pau, un pescador de Roses, cuinat sobre la sorra de Cala Jóncols, quan tot allò era encara un paradís terrenal.”

La receta es maravillosa, pero yo la he simplificado aún más, porque ya que no voy a poder disfrutar de un suquet a pie de playa, también he prescindido de cocinarlo con las cabezas al fondo de la cazuela y con las patatas sobre ellas, como nos cuenta el poeta. Normalmente (no es el caso de las fotos que veréis), en vez de eso, con las cabezas hago un fumet con el que regar la preparación.

La rascassa es un pescado de roca delicioso, como todos los pescados de roca, pero la receta sirve para cualquier pescado. Solo tendremos que adaptar el tiempo de cocción del pescado en función de su consistencia. Ni que decir tiene que es más que recomendable cocinarlo siempre con la espina.

Suquet al modo del poeta

Ingredientes: unos cuantos ajos, pimiento verde, pescado, fumet (poco), patatas, aceite de oliva virgen extra y sal.

Freír los ajos enteros y con piel, a fuego vivo, en un buen chorro de aceite. Cuando estén dorados añadir el pimiento verde cortado pequeño, remover y enseguida incorporar las patatas peladas y cascadas no muy grandes, dorarlas un minuto y regar con el fumet hecho con las cabezas del pescado (recordad, el mínimo necesario; es preferible que a media cocción giréis las patatas para que se hagan bien por todos los lados, aunque confieso que a mi me gusta caldoso, para chafar las patatas y… mmmmm :-).

Mientras se cuecen las patatas (tardarán de 8 a 10 minutos, dependiendo del tamaño), preparar un allioli cortado (sin ligar) con un ajo y aceite, que le dará el gran toque final.

Añadir al guiso el pescado cortado a trozos cuando le falten 5 minutos a las patatas, y cocinar 6 minutos más. Yo dejo el pescado sobre las patatas, sin mezclar, así se hace casi al vapor y queda en su punto, y le doy la vuelta a los 3 minutos.

Cuando esté listo, regar con el alioli, mezclar bien removiendo la cazuela con cuidado y servir.

Los tiempos de cocción de las patatas y el pescado dependerán del tamaño de los trozos y del tipo de patata y pescado que hayáis escogido. Si queréis el guiso con un sabor más suave, prescindid del allioli final, aunque el toque es realmente chulo.

Leer siempre es viajar, y hacerlo de la mano de Narcís Comadira es hermoso. Dies de França y Camins d’Itàlia son dos libros con los que he disfrutado mucho. Estos días voy a volver a su poesía.

Salud, buena mesa y buenas lecturas 😉

«Fondue» a la vietnamita

Les demoiselles de Saigon, de Didier Laurent Guillermin.

«Quien no ha vivido en Saigón antes de la revolución no sabe lo que era Asia, dijo madame Rony, que se presentó a sí misma como viuda de un sargento francés muerto de no sabía qué el año anterior. Carvalho no la quiso sacar de su error y pasó por francés tratando de conseguir aceptables niveles de pronunciación. La fondue vietnamita consistía en un equivalente a la fondue bourgougnonne, pero en vez de freír la carne en el aceite, se cocían pedacitos de pollo, cerdo, gamba y calamar en un caldo suave al que también se arrojaban spaghetti de arroz y col. Cada pedacito de carne o pescado se sazonaba con poderosas salsas picantes y finalmente se comía el caldo con coles y spaghetti con la ayuda de una cucharilla. Podía haber sido un plato alegre y sugerentes si el local hubiera estado más iluminado, si las chicas no hubieran lanzado grititos de expectación ante las hazañas del gomoso protagonista de la serie televisiva, si la escudilla eléctrica donde hervía el caldo no hubiera sido de aluminio mate, si la monja no se hubiera pasado toda la cena lanzando carcajadas, sin duda motivadas por chistes verdes y teleológicos, y si las porciones de vianda hubieran sido más generosas y menos el agua que ayudaba a conformar el océano del caldo. Otro factor que estropeó la cena fue que cuando Carvalho sorbía los spaghetti chinos, vio su mesa rodeada de cuatro nativos disfrazados de mafiosos italianos.

– Venga con nosotros.

– No he terminado de cenar.

Uno de los hombres desenchufó el cable que conectaba la escudilla de aluminio a la red eléctrica. La cena había terminado. Carvalho recorrió el local con la mirada en busca del efecto que había provocado la irrupción de los matones en los demás pobladores del local. Habían bajado la voz y el volumen de la tele, pero era evidente que se desentendían de loa que pudiera ocurrirle al extranjero solitario.

– ¿Los envía Charoen?

Le cogieron por los hombros y le señalaron la distancia más corta hasta la puerta de la calle. Carvalho sacó un montón de billetes arrugados del bolsillo y trató de avanzar en dirección a la patrona para pagar la cena, pero le detuvieron, le quitaron el dinero de la mano y uno de los matones separó sesenta baths que dejó sobre la mesa. La cena estaba pagada. Le devolvieron el dinero y le empujaron hacia la puerta.

– Como sigan con estos modales se van a quedar sin turistas.»

Manuel Vázquez Montalbán, fragmento de Los pájaros de Bangkok

 

Fondue a la vietnamita

Os dejo la receta de esta fondue, ideal para una comida o cena sin prisas, con amig@s curios@s que no tengan miedo a las largas conversaciones, que es precisamente a lo que invita la fondue. Tras lo leído, ya sabéis, evitad las malas compañías, la mala iluminación y, sobre todo, a los mafiosos de cualquier nacionalidad 😉

 

Ingredientes

200 g de pollo cortado en tiritas; 200 g de carne de ternera en tiritas; 200 g de calamares en tiritas; 200 g de gambas pequeñas peladas; 200 g de filetes de pescado blanco cortado en tiritas; 250 g de espaguetis muy finos de harina de arroz; 1 col troceada; salsa de ostras; salsa de soja; caldo de ave y vegetales.

 

Preparación

Sobre el fogoncillo de la fondue, colocar el recipiente lleno caldo hirviendo.

Cada comensal dispondrá de un plato con las viandas troceadas y de los salseros.

Ir pinchando las viandas y cocerlas, al gusto, en el caldo. Luego, untarlas en la salsa elegida y comerlas, hasta agotar las existencias.

Finalmente verter en el caldo la col, cortada muy menuda y los espaguetis.

Servir en cuencos como plato final y sazonar con la salsa elegida.

Algunos consejos

1. A mi me gusta prepararla con lenguado cortado en tiritas y rape cortado en dados.

2. Las mermeladas y salsas agridulces también son una buena opción para acompañar esta fondue. Cuantas más salsas incluyas, más sorprendente resultará, y más apetecible. Es muy divertido experimentar y descubrir nuevos sabores y combinaciones. Seguro que much@s de tus invitad@s nunca ha probado estas viandas con mermeladas.

 

Este año hemos preparado la fondue en casa dos veces, para amig@s muy especiales. Para acompañar la fondue preparé berenjenas y tirabeques agridulces en salsa de ajo.

Unos lichis frescos con zumo de mandarina y menta fresca son un final perfecto para este festín.

Estos son los vinos con los que la hemos acompañado. Sin duda, la cerveza, también es una muy buena opción.

Esta receta, y muchas más, las encontraréis en este libro.