A Atenea le gustan los tomates

 

Hace unos días me llegó un regalo muy especial. Descubrir un nuevo aceite de oliva virgen extra es siempre apasionante y delicioso. Significa conocer a personas ilusionadas, consolidando proyectos antiguos, y descubrir tierras llenas de fuerza y belleza.

Aceites Escario se encuentra en Sipán, a pocos kilómetros de Huesca, a los pies de la sierra de Guara, celosa guardiana de la almazara Los Molinos y sus oliveras. Si queréis saber más sobre ellos, daros un paseo por su página web. Tienen una historia bonita, y los amantes del oleoturismo descubriréis una zona muy especial.

La llegada de esta botella de aceite coincidió –¡oh, Atenea!– con el descubrimiento de Yotam Ottolengui. Vamos por partes.

¡Oh, Atenea!, ¿por qué? Os lo quería explicar, pero mi querida Maite Jiménez ya lo hizo muy bien hace tiempo. Así que os invito a que os paseéis sin prisas por el mundo delicado que ha creado en Classic Grand Tour, y hoy, especialmente, por La frontera del olivo.

Heracles y Atenea. Fondo de un kylix ático de figuras rojas (480–470 a. C.), procedente de Vulci. Fuente: Wikipedia.

Yotam Ottolengui. Sí, llego tarde, pero yo lo he descubierto ahora. Empecé con Jerusalén, libro que ha escrito junto a Sami Tamimi,

y en dos semanas ya tenía todos sus libros en casa. La edición de estos libros es obra de Ediciones Salamandra, y tengo que deciros que han hecho un gran trabajo de edición en todos ellos.

Aceite y libros llenos de recetas que son una combinación explosiva de sabor y color. Hoy os traigo una de las recetas que más me han sorprendido de su libro Exuberancia.

Todas las recetas de este libro invitan a experimentar con nuevos ingredientes y a descubrir sabores, en muchos casos con tan solo pequeñas variaciones en nuestra forma de cocinar o mezclar ingredientes, pero que suponen auténticas sorpresas.

Esta ensalada de tomate y granada es una receta rápida que no necesita fuego y que os encantarán. Es una bonita manera de rendir homenaje a los últimos tomates y dar la bienvenida a las delicadas granadas.

 

Ensalada de tomate y granada

receta a mi manera, para 4 personas

Ingredientes

1,1 kg de tomates maduros variados cortados en dados de 0,5 cm

1 pimiento rojo (120 g) cortado en dados de 0,5 cm

1 cebolla roja pequeña (120 g) picada fina

2 dientes de ajo majados

½ cucharadita de pimienta de Jamaica molida

2 cucharaditas de vinagre de vino blanco (yo escogí el vinagre agridulce de Riesling Castell de Gardeny, de Badia Vinagres)

1 ½ cucharada de melaza de granada

60 ml de aceite de oliva, más un chorrito para aliñar

los granos de 1 granada grande (170 g)

1 cucharada de hojas pequeñas de orégano fresco

1/3 de cucharadita de sal

 

Mezclar los tomates junto con el pimiento rojo y la cebolla en un cuenco grande y reservar.

En un cuenco pequeño, mezclar el ajo, la pimienta, el vinagre, la melaza de granada, el aceite de oliva y la sal.

Verter sobre los tomates y remover muy bien.

Colocar la ensalada en una bandeja grande y plana. Esparcir por encima los granos de granada y el orégano. Por último, aliñar con un chorrito de aceite de oliva y servir.

 

Juego de bloguer@s 2.0: Ensalada de judías verdes con sardina ahumada

El 31 de enero del 2017 participé por última vez en Juego de bloguer@s. En esa ocasión la prota fue la pera, por lo que preparé una Quiche de peras y queso.

Sabía que volvería, pero no esperaba tardar tanto. Desde entonces, como ya sabéis todos, han pasado un montón de cosas. Pero Mónica sigue al pie del cañón- Es incansable, y el otro día me apeteció volver a participar en su(nuestro) Juego de bloguer@s.

¡Aquí estoy de nuevo! En esta ocasión la prota es… ¡la judía verde!

Esta es una receta robada y tuneada. Se la he robado a Francesc, de Ca N’Armengol. Allí comí este delicioso plato de judías, aunque con sardina ahumada en vez de anguila ahumada.

Yo no tenía tiempo para buscar anguila, así que la sustituí por la sardina. ¡También le queda de maravilla! He interpretado este plato según mis recuerdos, así que, si la lee Francesc, seguramente se llevará las manos a la cabeza 🙂 Pero la verdad es que quedó muy chula, así que… ¡ahí va mi receta!

Ensalada de judías verdes con sardina ahumada

Ingredientes: judías verdes, tomates de diferentes tipos, higos frescos verdes y morados, sardinas ahumadas en aceite (adaptar las cantidades de cada ingrediente a vuestras preferencias y necesidades)

Salsa de maceración: vinagre de sauco, aceite de oliva virgen extra, una punta de sal

Salsa para el aliño: vinagre de manzana, aceite de oliva virgen extra, miel de acacia, mostaza en grano

 

Las judías

Limpiar las judías, cortar con cortes transversales, hervir 4 minutos en agua con sal (queremos que queden crujientes), escurrir, enfriar con hielo y secar muy bien.

Pasarlas a un cuenco y aliñar con la mitad de salsa para el aliño. Mezclar con delicadeza.

El resto de los ingredientes

Pelar una parte de los tomates, cortarlos a trozos (si son grandes) o por la mitad (en mi caso fue así, ya que eran tomates pera pequeños). Ponerlos en un cuenco, cubrir con la salsa de la maceración y dejarlos en ella hasta el momento de montar la ensalada.

Cortar la sardina en trozos.

Lavar con cuidado los higos y cortarlos en cuartos.

 

La ensalada

Mezclar las judías con parte de los tomates y parte de la sardina. Pasar a un plato para servir y disponer el reto de ingredientes sobre ella. Regar con la salsa para el aliño que tenemos reservada.

Preparé esta ensalada para un encuentro muy esperado y especial. Este fue uno de los vinos que trajeron l@s invitad@s.

Aires de Garbet 2015, de Perelada (D.O. Empordà) parecía hecho para esta ensalada. Las armonías que se crearon entre los dulces y los ahumados del vino y el plato fueron una maravillosa sorpresa.

Os dejo con Una gran fábula gastronómico-política: fórmula propuesta por la Camarada Judía, un relato de Javier Tomeo que compartí no hace mucho en el blog.

Estos son mis compañer@s de juerga cocinera este mes. En sus blogs encontraréis más recetas con judías.

Elvira: https://www.asisecomeengranada.com/

Mónica: http://www.dulcedelimon.com

Inma: http://entre3fogones.com/

Maryjose: http://tapitasypostres.blogspot.com.es/

Una gran fábula gastronómico-política: fórmula propuesta por la Camarada Alcachofa

Ensalada de alcachofas Montecarlo

    Propuesta presentada por la Camarada Alcachofa

    Mediodía. El tiempo pasa volando. El reloj de pared del vecino desgrana las doce campanadas sin apresuramientos de mal gusto. Una tras otra, cada una a su debido tiempo. No es, pues, uno de esos relojes nerviosos, que se adelantan al tiempo, ni tampoco de los que se retrasan porque, aunque no se atreven a detenerse del todo, se echan alguna que otra cabezadita entre minuto y minuto.

    La Camarada Alcachofa inicia la exposición de su propuesta con voz clara y precisa. Propone una ensalada de alcachofas Montecarlo y enumera uno tras otro los ingredientes que son necesarios para media docena de comensales: dos pepinillos en vinagre, dos manzanas, un manojo de perejil, ocho tomates, seis cucharadas soperas de aceite y 500 gramos de corazones de alcachofas de tarro.

    Añade a continuación que la referida ensalada puede prepararse en unos veinticinco minutos y que sólo se necesita, como utensilio de cocina, un simple rallador de verdura.

    Establece una pausa para comprobar la impresión que están causando sus palabras entre los circunstantes, pero se encuentra con un muro de rostros indescifrables. Es imposible saber qué es lo que piensan sus camaradas.

    Aprieta un poco más las hojas alrededor de su corazón –es una forma de darse ánimos– y continúa diciendo que una vez que se tienen a mano todos los ingredientes, lo primero que debe hacerse es pelar las manzanas, quitarles las semillas y rallarlas y rallar también los pepinillos. Luego debe procederse a lavar, escurrir y trinchar el perejil, partir cuatro tomates, quitarles las semillas, cortarlos en rodajas finas, cortar los otros tomates en rodajas gruesas y escurrir las alcachofas.

    Al llegar a este punto hace otra pausa, esta vez para tomar aliento, y luego precisa que hay que mezclar el aceite y el jugo de las alcachofas con el perejil y un poco de líquido de los pepinillos en vinagre, y mezclar las alcachofas, las tiras de tomate, los pepinillos en vinagre y las manzanas con la salsa.

    Dice, para terminar, que la presentación de la ensalada que ella propone como receta gastronómica nacional es muy simple, ya que basta con amontonar la ensalada en el centro de la fuente y poner a su alrededor las rodajas de tomate.

 

    Objeción 1

    Elevada por el Camarada Laurel

    Critica la escasa representatividad de la ensalada de alcachofas Montecarlo, habida cuenta de la escasa variedad de hortalizas que integra.

 

    Objeción 2

    Elevada por el Camarada Espárrago

    Critica la presencia de pepinillos en vinagre y califica a los referidos pepinillos abominables.

 

    Objeción 3

    Elevada por la Camarada Patata

    Critica también, como el Camarada Laurel, la falta de representatividad de la ensalada propuesta y se duele de que quienes concibieron su receta no la tuviesen a ella en cuenta.

 

    Objeción 4

    Elevada por la Camarada Espinaca

    Critica el apelativo de Montecarlo que se da a la ensalada propuesta y hace referencia a la escasa influencia del Principado de Mónaco (del que Montecarlo es su principal barrio) en el concierto mundial de las naciones.

    Resalta también la circunstancia de que sólo se hable de ese minúsculo principado en la prensa del corazón y expone los riesgos que para el nuevo Estado que se proponen construir supondría que se le identificase desde el principio con un estado-ciudad que merece un tratamiento tan frívolo por parte de la prensa internacional.

 

     Réplica a la objeción 1

    La Camarada Alcachofa reconoce que en la ensalada que propone deja al margen a muchas camaradas de la despensa, pero alega que, salvadas las distancias, sucede lo mismo en cualquier Estado moderno cada vez que se celebran elecciones generales.

    –En muchos comicios legislativos –dice– el porcentaje de ciudadanos que no acuden a las urnas es muy importante, pero eso no significa, ni mucho menos, que esos ciudadanos dejen de estar sujetos a obligaciones y derechos. Continúan ahí, constituyendo la llamada mayoría silenciosa, y los gobernantes que acaben resultado elegidos, tanto si son de derechas como de izquierdas, deberán tenerles muy en cuenta en sus tareas de gobierno. Algo similar podría decirse de todas las hortalizas que no entren en la elaboración de la ensalada de alcachofas Montecarlo.

 

     Réplica a la objeción 2

    La Camarada Alcachofa opina que no hay ninguna razón para tildar de abominables a los pepinillos en vinagre, aunque solo sea por sus propiedades diuréticas y purgantes.

    Por lo que se refiere concretamente al uso del vinagre como condimento o como medio de conservación, la Camarada Alcachofa recuerda que el vinagre tuvo una gran importancia en le Edad Media y que en aquellos tiempos el gremio de los vinagreros guardaba celosamente el secreto de su fabricación.

 

     Réplica a la objeción 3

             La Camarada Alcachofa repite los mismos argumentos utilizados para rebatir la objeción número 1.

 

     Réplica a la objeción 4

    La Camarada Alcachofa se niega a admitir que el apelativo Montecarlo que distingue a la ensalada que ella propone de otras más o menos similares pueda resultar inadecuado o incluso perjudicial para el nuevo Estado que se proponen construir.

    Resalta también que Montecarlo es un hermoso nombre, de innegable musicalidad, recuerda que en el año 1869 se suprimieron allí todos los impuestos directos y recuerda también que en el año 1911 se promulgó en ese minúsculo Estado una Constitución que acabó con el régimen absoluto y garantizó las libertades fundamentales de los monegascos.

    –Lo que realmente importa a la gente de paz –añade luego– son esas cosas y no los kilómetros cuadrados que mida el país o el número de tanques con que cuente su ejército.

    Para terminar, reconoce que en el famoso Casino de Montecarlo se ha arruinado mucha gente, pero comenta que nadie puso una pistola en el pecho a los jugadores para obligarles a jugar a la ruleta.

 

Interpretación libre de la receta de la Camarada Alcachofa

Esta vez he variado pocos ingredientes. He escogido tomates cherry para hacer la ensalada, he sustituido el perejil por cebollino y los pepinillos son agridulces.

He decidido no rayar ni la manzana ni los pepinillos, que he cortado en trozos pequeños (y por supuesto, no he pelado la manzana 🙂

También he variado la vinagreta. No he utilizado los líquidos de las conservas, que he sustituido por el delicioso vinagre de manzana de Badia Vinagres.

¡Que la disfrutéis camaradas!

Una gran fábula gastronómico-política: fórmula propuesta por la Camarada Judía

El 2 de octubre del 2023, cerca de las doce de la noche, entraron en el restaurante Alt Heidelberg de Barcelona Gabino Diego y Javier Tomeo. Antonio me lo hizo notar. Cuando nos íbamos pasamos por su mesa, y disculpándome por molestarles les saludé. Tomeo no daba crédito de que me interesara por él y no por Gabino Diego. Tuvimos una pequeña y divertida conversación y a los dos días cumplió su promesa.

Tomeo es para mi muy especial. He pensado en compartir con vosotros algunos de los fragmentos de La rebelión de los rábanos, una gran fábula gastronómico-política.

Será una excusa perfecta para preparar algunas de sus recetas y compartir estas interpretaciones libres que voy haciendo de las recetas que nos proponen estas osadas hortalizas. Empiezo con la propuesta de la Camarada Judía Verde, pero vendrán más.

 

    Ensalada Transilvania de judías verdes

    Fórmula propuesta por la Camarada Judía

    La camarada Judía Verde empieza diciendo que nadie debe asustarse por el apelativo de la ensalada propuesta, aunque reconoce que el nombre de Transilvania, por sus connotaciones draculescas o vampíricas, puede poner los pelos de punta a más de cuatro.

    –No siempre los nombres tienen algo que ver con lo que tratan de definir o individualizar –dice, con una sonrisa tranquilizadora.

    Y sin entrar en más explicaciones enumera los ingredientes que se necesitan para preparar una ensalada Transilvania para dos personas: media taza de agua, 300 gramos de judías verdes congeladas, 50 gramos de tocino, media taza de pimiento morrón, una cebolla, un cuarto de cucharada de postre de pimienta, un pellizco de polvos de ajo, una cucharada sopera de vinagre.

    –Sólo 230 calorías por persona –puntualiza–. Y su preparación sólo cuenta quince minutos. Dos factores que, a mi juicio, deben tenerse también muy en cuenta.

    Objeción 1

    Presentada por el Camarada Ajo

    El Camarada Ajo no acepta que una ensalada que lleva el siniestro nombre de Transilvania pueda convertirse en el plato emblemático del nuevo Estado.

    –Una ensalada con semejante nombrecito –observa– daría al nuevo estado connotaciones macabras y medievales que considero incompatibles con la política de luz y taquígrafos que en estos tiempos se exige de cualquier país moderno y democrático.

    No olvidéis, además, lo mucho que mis hermanos han luchado a lo largo de los siglos contra los vampiros –añade finalmente.

    Réplica a la objeción 1

    La Camarada Judía rechaza de plano las prevenciones del Allium sativum contra Transilvania y los vampiros y dice que tiene algunas razones para suponer que el Camarada Ajo no es tan enemigo de los vampiros como pretende ser. Recuerda a continuación que todo el mundo sabe que los ajos estimulan la circulación de la sangre, impide la formación de coágulos y protegen a los hombres de accidentes cardiovasculares.

    –Eso significa que Drácula no puede sentir la menor aversión contra vosotros –añade a continuación, volviéndose hacia el Camarada Ajo, que se siente un poco desconcertado–. Algún listillo, pagado seguramente por el malvado conde, hizo correr por toda Transilvania la voz de que los ajos ahuyentan a los vampiros, para que así los campesinos los consumiesen a todas horas del día.

    –¿Y eso por qué? ¿Por qué tomarse tantas molestias? –pregunta el Camarada Ajo, a pesar de que conoce muy bien la respuesta.

    –Muy simple –responde la Camarada Judía Verde–. De ese modo, Drácula y su corte de vampiros se aseguraban de que la sangre de sus víctimas fluyese fácil y suavemente, sin coágulos, como un exquisito manantial de vida.

    –Ésa es una hermosa teoría –murmura el Camarada Tomate.

    Contrarréplica a la objeción 1

    La camarada Judía Verde dice a todos los presentes que no entiende qué interés puede tener el Camarada Ajo en desprestigiar una simple ensalada sólo por el hecho de que algún cocinero imaginativo le diese el nombre de Transilvania.

    –Y lo entiendo aún menos –prosigue– cuando la realidad es que los ajos os habéis pasado la vida sirviendo a los vampiros y facilitando sus abominables prácticas.

    Las hortalizas se sobresaltan, aunque saben que su sangre, que es de color verde, no interesa lo más mínimo al Príncipe de las Tinieblas. Se estremece, sobre todo, el Camarada Apio, la vez la más delicada de las verduras presentes.

    –No, no, no puedo entender el doble juego y la hipocresía de algunos –suspira la Camarada Judía.

 

Interpretación libre de la receta de la Camarada Judía

Como podéis ver, he variado algunos de los ingredientes: 300 gramos de judías verdes frescas y hervidas 10 minutos, 50 gramos de tocino ahumado, media taza de pimiento rojo asado al horno, una cebolla, unos golpes de molinillo de pimienta negra, dos ajos, una cucharada sopera de vinagre de manzana.

Nosotros la tomamos caliente, pero templada seguro que también está muy buena. ¡Que la disfrutéis!

Verano tardío

Calabazas, acuarela de John Singer Sargent.

Para la medicina tradicional china el verano tardío es una estación formada por el final de agosto, septiembre y octubre.

Hoy Margarita, en su blog, nos habla de los alimentos más adecuados para esta estación y la forma en que deben consumirse.

Yo, con este menú que he preparado, os ofrezco una forma más de disfrutar de esta estación maravillosa.

Ensalada templada de garbanzos, calabaza y feta

Ingredientes (para 4 comensales):

800 g de calabaza cortada en dados de 1cm, 1 cucharada de AOVE, 2 granos de ajo pelados y picados, 800 g de garbanzos hervidos, 200 g de queso feta desmigado, 40 g de hojas de coriandro fresco, 65 g de pipas de calabaza tostadas

Para la vinagreta de pimientos rojos asados: 4 pimientos rojos asados, 2 cucharadas de vinagre de arroz, 2 cucharadas de zumo de lima, 1 cucharada de AOVE, sal, pimienta recién molida

Preparación

1 Precalentar el horno a 200ºC.

2 Mezclar la calabaza, el aceite y el ajo en un recipiente apto para el horno. Cocinar 30 minutos sin cubrir, mezclando bien de vez en cuando.

3 Mientras, preparar la vinagreta. Pelar los pimientos asados y picarlos muy pequeños. Mezclar con el resto de ingredientes en un cuenco.

4 En una ensaladera mezclar la calabaza, la vinagreta y los ingredientes restantes.

Mis tuneos

He sustituido la lima por limón, pero solo porque no encontré limas.

 

Pan de maíz

Ingredientes (para 12 comensales):

750 g de maíz, 180 ml de leche fermentada, 2 huevos ligeramente batidos, 50 g de mantequilla fundida, 150 g de harina con levadura incorporada, 170 g de harina de maíz, media cucharadita de café de sal, 60g de gruyer gruesamente rallado, 15 g de perejil picado fino

Preparación

1 Precalentar el horno a 200ºC.

2 Untar con aceite un molde de 22 cm de diámetro. Mezclar 2/3 de los granos de maíz con 2 cucharadas soperas de leche fermentada. Juntar el resto de maíz, de leche fermentada, los huevos y la mantequilla.

3 Tamizar las harinas sobre un cuenco. Añadir la sal, el queso y el perejil. Incorporar la preparación anterior (1). Mezclar bien. Verter en el molde y hornear 50 minutos. Transcurrido este tiempo, sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla, como mínimo 10 minutos, antes de desmoldar.

Mis tuneos

He sustituido la leche fermentada por yogur, la mantequilla por AOVE y el gruyer por un queso de oveja curado.

 

¿Pueden embotellarse los colores, aromas y sabores del verano tardío? ¡Sí! Albert Costa lo ha hecho con La Joaquina, el vino ideal para acompañar esta explosión de colores, aromas y sabores y disfrutar plenamente de esta estación maravillosa.

Todo en este vino nos evoca el verano tardío. La vista se llena del color del trigo dorado por el sol, su frescor anuncia un cambio de estación, y su madurez nos evoca otro verano que llega a su fin. Este es un vino para saborear sin prisas en la compañía deseada.

En la página web de la bodega podéis encontrar más información sobre este bonito homenaje que Albert ha hecho a las mujeres de Porrera: El proyecto de las mujeres. Un proyecto precioso con tres vinos solidarios.

No puedo dejar pasar la oportunidad de presentaros a Albert y a Joaquina (la foto la he tomado prestada de su cuenta de Facebook).

La Joaquina está elaborado con Escanyavella, una variedad antigua del Priorat que algunos enólogos han recuperado. La uva se prensa y el mosto se pasa a una jarra de 500 l, con el interior cubierto de cera, donde fermenta y se cría durante 3 meses.

Como siempre, os dejo con el libro que me ha inspirado estas delicias.

Por cierto, que con el pan que sobró tuvimos una cena de rechupete. Tostamos el pan y lo acompañamos de un guacamole casero y con una copa de Parxet Cuvée 21 Ecológico 2016

Otras colaboraciones con Marga:

Colores de invierno

Fantasía hindú

Primavera en crudo

Verano, rojo, sandía

Viaje a Tailandia con Birrabox

El 9 de octubre tuve un nuevo seguidor en Twitter, Birrabox. Le di la bienvenida, cotilleé por su web y, ¡me encantó! Así que decidí presentarlos personalmente.

Birrabox es una tienda online de cervezas que además hace una selección mensual de cervezas, a un precio más que razonable. Enseguida se pusieron en contacto conmigo y me ofrecieron la posibilidad de probar su selección del mes de octubre. Como podéis imaginar, dije que sí. Me encantó la propuesta de probar tres cervezas diferentes; cada una sería un viaje a algún lugar exótico, la excusa perfecta para planear menús y trabajar los maridajes con cervezas. A los pocos días, recibí su selección.

Las tres propuestas me parecieron muy interesantes, pero me conquistó la idea de una cena tailandesa, así que decidí empezar por Singha, una cerveza tailandesa tipo lager que elabora Boon Rawd Brewery.

Mi viaje gastronómico, como casi siempre, empezó entre las páginas de un libro. Esta vez fue El libro esencial de la cocina asiática, de la editorial Könemann.

Este es el menú que escogí para Singha:

  • Ensalada de pepino con cacahuetes y guindilla
  • Pastelitos de pescado al estilo tailandés

¡Seguro que os va a encantar! ¿Quién se anima a una noche exótica, llena de aromas delicados y sabores sorprendentes?

Ensalada de pepino con cacahuetes y guindilla

Ingredientes

Para 4-6 personas

  • 3 pepinos
  • 2 cucharadas de vinagre blanco
  • 2 cucharaditas de azúcar
  • 1-2 cucharadas de salsa de guindillas
  • ½ cebolla roja piada
  • ½ taza (15 g) de hojas de cilantro fresco
  • 1 taza (160 g) de cacahuetes tostados
  • 2 cucharadas de ajo frito
  • ½ cucharadita de guindilla picada
  • 1 cucharada de salsa de pescado

Preparación

Pelar los pepinos y cortar por la mitad, a lo largo. Despepitarlos y cortarlos en rodajas finas.

Mezclar en un cuenco pequeño el vinagre y el azúcar, y remover hasta que el azúcar se haya disuelto. Trasladarlo a un cuenco grande y mezclar con el pepino, la salsa de guindillas, la cebolla y el cilantro. Dejarlo en adobo 45 minutos.

Pasado este tiempo, freír el ajo y escurrir muy bien.

Justo antes de servir, agregar los cacahuetes, el ajo, la guindilla y la salsa de pescado. Mezclar con delicadeza y servir.

Pastelitos de pescado al estilo tailandés

Ingredientes

Para 4-6 personas

  • 450 g de filetes de pescado blanco
  • 3 cucharadas de fécula de maíz o de harina de arroz
  • 1 cucharada de salsa de pescado
  • 1 huevo batido
  • ½ taza (15 g) de hojas de cilantro fresco
  • 3 cucharaditas de curry rojo fresco o precocinado
  • 1-2 cucharaditas de guindilla roja picada
  • 100 g de judías verdes cortadas finas
  • 2 cebolletas picadas finas
  • ½ taza (125 ml) de aceite
  • salsa tailandesa (ver receta más abajo)

Preparación

Triturar o picar con el cuchillo el pescado hasta que quede fino. Agregar la fécula de maíz, la salsa de pescado, el huevo, el cilantro, la pasta de curry y la guindilla y mezclar muy bien.

Trasladar la mezcla a un cuenco grande, añadir las judías y la cebolleta y mezclar bien. Hacer pastelillos planos.

Calentar a fuego medio el aceite. Freír los pastelillos de 4 en 4 hasta que adquieran un tono dorado oscuro por ambos lados. Escurrir sobre papel de cocina y servir inmediatamente.

Servir junto con la salsa tailandesa.

 

Si lo prefieres, puedes hacerlos a la plancha. Puedes preparar los pastelitos con antelación y guardarlos, cubiertos con film, no más de 4 horas en la nevera.

 

Salsa tailandesa

En una cacerola pequeña mezclar ½ taza (125 g) de azúcar, ½ taza (125 ml) de agua, ¼ taza (60 ml) de vinagre blanco, 1 cucharada de salsa de pescado y 1 guindilla pequeña roja picada. Llevar a ebullición y hervir, a fuego lento, sin tapar, 5 minutos, hasta que espese ligeramente.

Retirar del fuego y dejar enfriar un poco antes de mezclar con ¼ pepino picado pequeño y fino, ¼ zanahoria picada pequeña y fina y 1 cucharada de cacahuetes tostados gruesamente picados.

Ya sabéis, si os ha gustado la propuesta del mes de octubre, seguro que os gustarán las que tienen que venir. Es una buena forma de dejarse aconsejar y de probar cervezas de todo el mundo. Daros un paseo por Birrabox y ya me contaréis.

Os anuncio que aún tengo pendientes dos viajes gastronómicos más, uno por Alemania, con Dinkelacker Privat, y otro por Grecia, con Fix Dark. Pronto llegarán estos maridajes, mientras, disfrutad de buenas compañías, mesas y cervezas.