Hoy cocino con Olga y Júlia

El 6 de julio Miquel Àngel y Olga nos invitaron a comer a su casa.

Miquel Àngel es un compañero de trabajo que poco a poco fue transformándose en un gran amigo. No me cansaré de repetir que un encuentro alrededor de una comida o una cena crea vínculos muy especiales. Olga y yo estudiamos juntas toda la vida, hasta que nos separamos al ir a la facultad. Tomamos caminos diferentes y no volvimos a encontrarnos hasta hace unos años. El reencuentro fue digno de una película de Woody Allen. Y desde entonces cada año nos vemos dos o tres veces, compartimos mesa y disfrutamos mucho juntas.

Ese domingo quedamos pronto, tenían ganas de llevarnos al Mercat de Pagès del Parc de Torreblanca. Este es un mercado dominical en Sant Joan Despí, donde los payeses del Baix Llobregat venden sus productos, productos de cercanía, de gran calidad y algunos ecológicos.

Olga sabía que me gustaría, ¡y no se equivocó! Sus planes eran que compráramos lo necesario para hacer unos primeros platos. Ellos ya habían comprado carne para hacer de segundo. Y allí estábamos, frente a auténticas maravillas que decían… ¡cómeme! No nos pudimos resistir a los tomates. Olga me contó que tenía mozzarella y le propuse comprar un calabacín para hacerlo en carpaccio. Ya teníamos un gran primer plato. Compramos mucha fruta. La joya de la corona… ¡los higos! No había visto higos así desde hacía siglos. Yo compré y Olga se animó. No suelen comprar higos, pero creo que le contagié mi entusiasmo.

Ahora a casa y a cocinar. Y este encuentro se ha convertido en un Hoy cocino con… muy especial, ya que Júlia, la hija de Miquel Àngel y Olga, se unió a nosotras en la cocina, y ¡formamos un trío maravilloso!

Júlia es una niña muy curiosa e inquieta. Recuerdo una de las primeras veces que vino a comer a casa. Yo había preparado para nosotros una comida griega, y a ella, que era muy pequeña, le había hecho sopa y croquetas. ¡Pues lo probó todo!, y ¡le encantó! El domingo, en la cocina, tomó la iniciativa y se tomó muy en serio el trabajo.

Olga se encargó de preparar el plato de carpaccio de calabacín con una degustación de tres tipos de tomates (a cual mejor) y la mozzarella.

Mientras, Júlia y yo, mano a mano, preparamos unos aperitivos de higos con foie y queso azul, que regamos con una vinagreta de vinagre de Módena con miel. Júlia fue muy exigente en el punto de miel.

El toque final al plato espectacular que había preparado Olga también lo dimos Júlia y yo. Hicimos una olivada con la que regamos el primer plato.

Todo estaba riquísimo. Júlia, curiosa, lo probó todo.

Y se sintió orgullosa de haber hecho cosas tan buenas. Está decidido, repetiremos cada estación, y juntas las tres, volveremos a compartir cocina.