El 9 de diciembre de 1896, Sarah Bernhardt celebra en París sus treinta años de carrera. Se hace un banquete en el Grand Hôtel, seguido de un himno solemne. Después, en el teatro de la Renaissance, la actriz actúa interpretando extractos de Racine y de Parodi. Por fin, sentada en un trono en el centro de un cuadro viviente, escucha a cinco poetas declamar sus elogios en verso.
Yo había preparado una gran celebración para el sábado 7 de diciembre en casa. Junto a un@s amig@s, tod@s un poco loc@s, queríamos revivir ese momento, a nuestra manera. Debido a mi operación lo hemos tenido que posponer. Pero en febrero ¡lo haremos! Habrá una comida, con una selección de los platos que se ofrecieron en aquella ocasión, que no irá seguida de ningún himno solemne pero sí de declamaciones, que por supuesto no se harán alrededor de ningún trono. Cada invitad@ tiene que traer preparado un texto para recitar o cantar, como desee, y que podrá leer, claro, no pedimos hazañas memorísticas. También se admiten bellas danzas.
Por supuesto, os lo contaré con pelos y señales 🙂